La mujer por su naturaleza humana se caracteriza por ser una mujer abundante en
toda su expresión dadora de vida y dulzura. Cuando está en equilibrio con ella
misma es capaz de abrigar, maternar , cuidar y guiarse ella misma y a los demás ,
es líder por naturaleza. Dotada de energía de creación y creatividad.
La mujer cuya anatomía es símbolo de fertilidad abundancia y expansión, proyecta
eso en la sociedad y son las mujeres las que hoy en día desde un amor
consciente y sano llevan a través de la educación tanto a sus hijos como al
colectivo el equilibrio entre el sagrado femenino y masculino, ofreciendo así una
guía y acompañamiento a esa hermosa energía masculina qué forma también
parte de esta existencia y que representada por el sexo opuesto. El hombre con
su fuerza y sentido de protección, son los encargados de llevar sustento y proveer
a la mujer de todas sus necesidades. Este tema puede ser muy controversial en
estos días donde se cree que no se necesita a un hombre para vivir y ser feliz ;
premisa que en cierta parte es cierto, sin embargo si nos basamos en el equilibrio
del sistema familiar , el hombre es una pieza fundamental primero para la
procreación como portador de la semilla de vida que permite el desarrollo de la
vida en el vientre de la mujer, y segundo porque para que esta logre alinear su
sagrado masculino con el sagrado femenino necesita de la convivencia con estos
seres, y tercero por qué naturalmente la unión de estos dos seres es la forma
correcta según las constelaciones familiares de Berth Hellinger, que podemos
como humanos completar un sistema familiar y crear nuestros propios sistemas. Y
según los órdenes del amor si cada uno vive haciendo su rol y cada uno tiene su
lugar en el sistema familiar y cada uno es incluido más cada uno se siente que
pertenece al mismo, esto evita cualquier desequilibrio en el área familiar laboral,
personal, laboral o de pareja.
Hoy en día existe un gran equilibrio en la sociedad por la falta de padres
presentes por la falta de madres presentes por la falta de orden, una palabra tan
sencilla, pero qué desde el plano familiar se convertido en un desafío asimilar,
comprender, respetar y mantener, en definitiva, desde la premisa las de las
constelaciones familiares el orden es la base de un sistema familiar en equilibrio.
Es cierto que las mujeres somos capaces de lograr todo lo que nos proponemos y
que tenemos toda la inteligencia habilidades y dones para hacerlo, pero también
somos lo suficientemente inteligentes espiritualmente para aceptar y darle lugar
,honra y respeto a la figura masculina en la sociedad, cuando vibramos en positivo
y en equilibrio aceptamos la figura masculina es decir al hombre como esa figura
de fuerza qué provee , protege y que penetra con su amor y su dulzura las
estructuras más profundas de una mujer.
Mujeres, muchos hombres de los que están allá afuera han sido criados por una
mujer, es cierto que la paternidad y la maternidad es una responsabilidad de
ambos sin embargo siendo conscientes y realistas la mujer es la que pasa más
horas del tiempo con sus hijos. Y ellas son las que tienen las herramientas desde
la comprensión y el amor para guiar a esos niños futuros hombres de la sociedad
a ser seres amorosos, sanos, hombres de alto valor.
Estas mujeres sabias aceptan y han aprendido que sus hijos no toman al padre y
le dan su lugar las repercusiones en el sistema familiar traerán consecuencias a
sus vida y la de los seres amados. Estas mujeres se encargan de acompañarlos
en un proceso amoroso que les permita honrar y ver a la mujer como una partícula
divina que se ama y se respeta y se honra asimismo esa mujer guía el hombre
para enseñarle que él también es una partícula divina hermosa que se debe de
honrar y respetar. Los niños que han sido criados bajo premisas de un buen vivir
donde el padre y la madre ejercen su rol, donde cada uno se da su lugar y se
respetan desde un amor consciente, esos niños será los futuros hombres y
mujeres que repetirán esos patrones y los replicarán en la sociedad.
Gracias querido lector, nos vemos en otras notas.